125º aniversario de Ferrer&Ojeda: "No es la historia de una empresa, es la de una ilusión"
"Celebramos 125 años de historia, pero siempre que me preguntan digo que no es la historia de una empresa, es la de una ilusión". Una ilusión que, como recordó Lluís Ferrer, consejero delegado de Ferrer&Ojeda, empezó hace más de un siglo y ha ido pasando de generación en generación, hasta llegar a la cuarta y la quinta que ya está presente en la empresa.
Ferrer&Ojeda celebró su 125º aniversario con un evento en la Llotja de Mar de Barcelona, con la asistencia de cerca de 150 directivos del sector. Ferrer remarcó que su historia años significa la adaptación a muchos cambios (sociales, tecnológicos, económicos…) pero "siempre con la clara mirada de proteger lo que más valor tiene" y, "más que solo una celebración del pasado ha querido ser una mirada hacia el futuro para reforzar los valores que han llevado a Ferrer&Ojeda a celebrar 125 años". Siempre, subrayó, basándose en "esfuerzo colectivo, confianza mutua, la fuerza de estar unidos por un mismo objetivo. Con una base sólida".
El consejero delegado del grupo trasladó su agradecimiento a los presentes y al sector al completo "por el camino compartido y sobre todo por un futuro ilusionante", Agradeció a todas las instituciones sectoriales, de la mediación aseguradora, asociaciones, colegios, etc., y de forma especial a los clientes, "que confían en nosotros, nos dan sentido, nos exigen y nos inspiran a mejorar. Sin vosotros, nada de lo que hoy celebramos y que hemos construido existiría ni tendría ninguna razón de ser. Sois sin duda lo más importante para nosotros. Juntos hemos construido una relación de transparencia, confianza".
Lluís Ferrer recordó que Ferrer&Ojeda es una empresa familiar que "entiende la empresa como un proyecto de vida". Y en ese sentido se refirió a lo que está por llegar, "también con una sonrisa" porque sabemos que el futuro está encauzado". Subrayó que cuentan con una "generación preparada, comprometida y con energía, que aúna sensatez, pasión, conocimiento y la misma ilusión que nosotros teníamos cuando a su edad tomamos el testigo. Y que lo hace con la valentía para navegar en un entorno cada vez más complejo, dinámico y exigente que el que nos tocó vivir a muchos de los que estamos aquí. Y eso es el mejor regalo que puede haber en este aniversario".
Hizo un reconocimiento a los fundadores, a las generaciones precedentes, y en su repaso de la historia se detuvo en la fusión de las empresas Ferrer y Ojeda, una alianza que alcanza los 40 años y que por las circunstancias "podemos decir que fue única en su clase porque se basó en la confianza, en la visión de futuro, en la generosidad mutua, en la implicación de las personas, la sencillez y en la firme voluntad de compartir y crecer".
Concluyó expresando que el modelo de propiedad de Ferrer&Ojeda "nos proporciona independencia, toma de decisiones, solidez y continuidad". Habló de legado y personas implicadas e insistió en que "cuando los proyectos se construyen con ilusión, compromiso y generosidad perduran y se hacen grandes".
Las celebraciones del 125º aniversario de Ferrer&Ojeda concluyeron con una fiesta en el parque del Tibidabo con más de 700 invitados.
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